Arturo Albaladejo
Asesor de Riesgos y Seguros de Empresas
Los últimos datos sobre infectados, muertos y curados que deja a su paso el COVID-19 en todo el mundo (y especialmente en España) son escalofriantes. Este virus, más conocido como coronavirus, ha desatado no solamente una crisis sanitaria sino también económica debido a la falta de planificación y de previsión de las empresas, impotentes ante una situación tan extraordinaria.
El riesgo de pandemia es un riesgo de alto impacto pero de baja probabilidad, y por este motivo su control y previsión no son primordiales. Este tipo de riesgos, latentes pero que no solemos tener en cuenta, pueden perjudicar seriamente a una empresa y su continuidad si no se ha elaborado previamente un Mapa de Riesgos (incluyendo el riesgo de pandemia y otros similares) que, cuando se dan situaciones así, nos oriente en las medidas a tomar para no cerrar la empresa.
Nassim Nicholas Taleb, economista y famoso ensayista, publicó un libro en 2007 donde presentaba la teoría del cisne negro: sucesos que ocurren repentinamente, teóricamente aleatorios, impredecibles para los analistas y que tienen un gran impacto y repercusiones extraordinarias. Sin embargo, una pandemia no es un cisne negro como tal.
Probablemente las consecuencias finales sean imposibles de medir, pero una pandemia es un evento conocido, cuyos riesgos pueden preverse y anticiparse y para los que se puede estar preparado. Hablar del COVID-19 no es hablar de la peligrosidad o la mortalidad para las personas. Lo que marca el riesgo de esta epidemia es su elevada tasa de contagios y los riesgos asociados para los sistemas de salud, que no podían estar preparados para acoger tantos pacientes al mismo tiempo.
Queda claro entonces que una pandemia, hablando exclusivamente desde el punto de vista empresarial, no es un cisne negro. Las empresas pueden (y deberían) prepararse para este tipo de sucesos extraordinarios, teniendo elaborado un Mapa de Riesgo. En este Mapa de Riesgos se elaboran planes de gestión de crisis, estudios de la cadena de suministros de proveedores, clientes y, por supuesto, propia y, en definitiva, se le dota a la empresa de un sistema de gestión de continuidad del negocio que ayuda a prevenir y resistir los perjuicios económicos asociados a estos sucesos.
Según los últimos estudios de la multinacional Willis Towers Watson (especialistas en gestión de riesgos), este tipo de sucesos extraordinarios serán cada vez más habituales en un mundo interconectado.
¿Cómo puedo asegurar la continuidad de la empresa frente al coronavirus?
Estos días estamos viviendo una serie de situaciones también extraordinarias en nuestras empresas: el teletrabajo obligatorio, la paralización de la cadena de suministros nacional e internacional, la falta de existencias para abastecer picos de demanda… Son situaciones que han afectado progresivamente a algunos sectores desde finales de 2019, cuando surgió el brote de COVID-19 en Wuhan. Sin embargo, no todas las empresas han sufrido este impacto de la misma manera.
El principal riesgo para la continuidad de una empresa es la improvisación ante sucesos extraordinarios y casi imposibles de prevenir. Aquellas empresas que cuentan con un Mapa de Riesgos que incluyen protocolos de gestión y comunicación en caso de crisis o planes de contingencia si han conseguido mantenerse operativas.
Los seguros tradicionales han demostrado no ser los adecuados para responder a estas situaciones, pero no esto no significa que no existan soluciones aseguradoras que sí den respuesta. Existen 2 herramientas, indispensables y fundamentales, para asegurar la continuidad de una empresa:
1. Los sistemas de gestión de continuidad de negocio
Éstos nos permiten, mediante el previo análisis de riesgos y el proceso de la consultoría para la gestión de crisis y de comunicación, entre otras cosas:
- Aumentar la probabilidad de supervivencia de la empresatras un incidente de alto impacto (como el COVID-19)
- Eliminar y reducir riesgos, y prever aquellos que sigan latentes.
- Evitar la improvisación.
- Disponer de los protocolos adecuados de comunicación, tanto interna como externa.
- Mejorar la competitividad en el mercado y la relación con los clientes
2. Las soluciones paramétricas específicas
El mercado asegurador tradicional no cubre la paralización del negocio por un riesgo como la actual pandemia. No obstante, existen soluciones conocidas como “paramétricas”, basadas en el big data y que están destinadas (normalmente) a cubrir la pérdida de beneficio por daño no material ni directo, originado por incidentes puntuales (por ejemplo, epidemias). Estas soluciones paramétricas tienen que ser diseñadas por expertos en asesoramiento y gestión de riesgos y no están disponibles para todas las empresas.
Una pandemia, el cierre del espacio aéreo por una catástrofe natural o la cancelación masiva de reservas en hoteles son riesgos que están recogidos y cubiertos en estas soluciones. Las empresas que apostaron en el pasado por implantar soluciones de este tipo están más protegidas en la actualidad.
Esta crisis servirá para que todos aprendamos y comprendamos la importancia de tener elaborado un Mapa de Riesgos de nuestra empresa y así poder mejorar nuestra respuesta inmediata ante situaciones similares en el futuro.