Poco después de localizar el coronavirus en Italia, el Carnaval de Venecia fue cancelado. España se ha visto en una situación muy similar anulando también festividades que tanto turismo generan, como las Fallas de Valencia y la Semana Santa. El COVID-19 se ha convertido en un pandemia devastadora que ha obligado a confinar a la población a nivel mundial.
El turismo frente al coronavirus
Uno de los sectores más afectados en esta crisis sanitaria es el turístico. La Organización Mundial del Turismo (OMT) calculó que, para este año, los viajes iban a incrementarse un 3% o 4%, pero dada la situación actual van a sufrir un descenso de entre un 1% y un 3%, lo que supondrá una pérdida de unos 40.000 millones de dólares para la industria.
Aunque no es posible conocer con seguridad que países van a ser los más afectados, la caída será generalizada. En Asia y en el Pacífico esperan entre el 9% y el 12% menos de turistas.
La magnitud de las pérdidas que se generarán por los meses de inactividad va a ser grande, pero se espera un temprano comienzo del proceso de recuperación, pues tras el periodo de confinamiento del que se anhela salir, las personas querrán volver a viajar.
El informe creado por los expertos del think tank del Parlamento Europeo, el Economic impact of epidemics and pandemics, afirma que los sectores más afectados por el estado de alarma son la sanidad, la agricultura y el turismo. Así es como ha ocurrido con otras crisis sanitarias, como la gripe porcina en México en 2013 o el SARS-CoV-1 en Asia en 2002 y 2003.
Los retos a los que se enfrenta el sector turístico
Son incuestionables los daños que va a sufrir tanto el sector turístico como nuestra economía en general. Los expertos se cuestionan la duración de esta crisis y que coste supondrá. Sin llegar a ningún acuerdo, algunos afirman que la recuperación será rápida o al menos segura, mientras que otros opinan que nada volverá a ser como antes.
En España, la crisis del COVID-19 se añade como una incertidumbre más junto a las relaciones entre la Unión Europea y el Reino Unido tras el Brexit el pasado 31 de enero, el descenso de viajeros alemanes que visitaron nuestro país el año pasado y el decrecimiento de las economías de francesa e italiana.
De los retos más importantes a encarar por el turismo es la caída repentina de ingresos generada por la inactividad de agencias de viajes, hoteles, turoperadores, etc. La gran estructura de costes que normalmente soportan está siendo aligerada mediante expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) para evitar despidos. Flexibilizan sus políticas de ventas evitando cancelaciones de viajes facilitando su aplazamiento. No obstante, también se están reduciendo o eliminando los gastos de cancelación.
Se están cerrando oficinas centrales, de agencias de viajes y de sus hoteles repartidos por todo el mundo, desarrollando una parte de su actividad laboral teletrabajando y otra suspendiéndola completamente.
Es oportuno ante esta inusual situación asesorarse sobre como está afectando esta crisis a tu actividad laboral, cuantificar las pérdidas y revisar las pólizas de seguro contratadas.
La respuesta de los países y las soluciones que estos acuerden frente al desarrollo de la pandemia serán la clave para conocer el impacto económico y social que tendrá. Lo mismo ocurre en el mundo laboral, las empresas deben comenzar a presentar medidas y soluciones para minimizar los efectos negativos.