Uno de los principales objetivos de un autónomo es el de crear una actividad con todas las garantías de seguridad necesarias, tanto para los empleados y clientes como para el negocio en sí. Para poder conseguir estas garantías deberá usar la única herramienta efectiva: los seguros.

Las cifras son claras, según la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP), las compañías aseguradoras solucionan cada hora en un año 55 siniestros en comercios, 1.266 en empresas, 1.263 de automóviles y 38 relacionados con la responsabilidad civil, entre otros sucesos. La mayoría de los daños en comercios e industrias suelen ser de goteras, rotura de cristales, daños eléctricos, robos, incendios y sobre todo incidentes relacionados con la responsabilidad civil.

Es muy habitual no dar importancia a los seguros hasta el momento en que ocurre el suceso, entonces es cuando realmente nos damos cuenta de lo importante que es contar con uno para ejercer nuestra actividad con seguridad.

Hay que tener en cuenta que, dependiendo del tipo de actividad, las administraciones obligan a los autónomos a tener ciertos seguros para poder ejercer su actividad. Además de estos seguros obligatorios, existen otras pólizas muy recomendables que pueden evitar graves riesgos económicos.

Pólizas obligatorias

El seguro de responsabilidad civil es obligatorio para los instaladores de gas y electricidad, los abogados, los economistas, los asesores o cualquiera que tenga un establecimiento de cara al público, en el resto de los casos es muy conveniente contratarlo porque cualquier contingencia en este sentido implica un gran coste económico que puede significar el cierre de un pequeño negocio.

También es imprescindible contratar una póliza de seguro multirriesgo que cubra los locales donde se desarrolla la actividad laboral y si además, se tiene empleados, un seguro de accidentes, incapacidad permanente y muerte. No disponer de él supone un incumplimiento de las obligaciones de la empresa con los trabajadores y puede ser considerado una falta muy grave, con multas muy elevadas.

Si para la realización de la actividad laboral es necesario desplazarse en automóvil o se posee una flota de vehículos, también es obligatorio contratar un seguro que, como mínimo, cubra los posibles daños ocasionados a terceros.

Pólizas recomendables

Las pólizas más recomendadas para el colectivo de los autónomos son las centradas en la salud, ya sean las de Incapacidad Laboral Temporal (ILT) como las de accidentes, salud y vida.

Como todos sabemos, los autónomos son su única fuente de ingresos, por lo que una baja, un ingreso hospitalario o cualquier pérdida de tiempo en las salas de espera de los consultorios médicos, hace que disminuyan sus beneficios. El estar cubierto por estos seguros hace que todo sea más ágil y, en muchos casos, se pueden acceder a servicios de forma telemática, sin salir de la oficina.

Cobran especial importancia los seguros de vida donde quedan protegidos tanto ellos como sus familias de los posibles riesgos que pueden causar el fallecimiento o la incapacidad permanente y que, debido a la desprotección del autónomo quedan totalmente desamparados.

En términos generales, las actividades que necesitan de un mayor grado de protección son aquellas en las que intervienen terceros como son los sanitarios, los instaladores, los abogados o los arquitectos.

Hay que decir que no hay un seguro común para todos los autónomos, ya que cada actividad requiere de un tipo de póliza y por eso la figura del asesor de seguros cobra especial importancia a la hora de elegir que seguro se adapta a las necesidades concretas de cada autónomo.