Hoy en día la mayoría de los autónomos y pequeños empresarios son conscientes de los riesgos a los que se exponen al iniciar su jornada laboral, y saben que si no se protegen podrían poner en peligro a sus empleados, sus bienes, su negocio e incluso su patrimonio personal.

Pero con la evolución de los mercados, el aumento de las nuevas tecnologías en todos los sectores y los últimos acontecimientos que estamos viviendo (COVID-19, crisis energética, inflación, invasión de Ucrania, etc…) hacen que aparezcan nuevos peligros para los que tienen que estar preparados, tanto ellos como las compañías aseguradoras.

El riesgo principal al que habitualmente se enfrentan tanto PYMES como autónomos, son las reclamaciones presentadas por terceros por algún error o negligencia durante el ejercicio de la actividad profesional, pero debido al incremento del comercio on-line en la mayoría de los sectores, el aumento de los ciberdelitos ha supuesto un nuevo punto crítico para la seguridad de los negocios.

Tras la llegada del COVID-19 muchas de las pequeñas empresas se han tenido que adaptar y reinventarse para poder operar a través de medios on-line aumentando así el riesgo cibernético existente, más de la mitad de las PYMES españolas (51%) han sido víctimas de un tipo de ciberataque. Este hecho ha llevado a colocar los ciberataques como la mayor amenaza para las empresas, por delante de las pandemias, las crisis económicas o la escasez de personal cualificado.

Este tipo de ataques son muy difíciles de prevenir y tienen un alto coste tanto económico como legal y reputacional, ya que ponen en riesgo varios frentes que hay que atajar:

  • Riesgo tecnológico.
  • Riesgo operacional, ya que existe la posibilidad de la interrupción de la actividad del negocio.
  • Riesgo legal de carácter administrativo procedente del posible incumplimiento de la normativa de protección de datos (RGPD).
  • Riesgo legal derivado de la responsabilidad civil profesional en la que pueda incurrir la empresa atacada por incumplir sus obligaciones pactadas a causa del ciberataque.

Tener entre nuestra cartera de seguros una solución que se adapte a este tipo de riesgos se ha convertido en una necesidad urgente para la continuidad de las empresas, por lo que es muy interesante añadir a nuestra póliza de seguro de Responsabilidad Civil profesional una cobertura para riesgos cibernéticos que cubra entre otras cosas la protección de datos, responsabilidad y pérdida cibernética o contratar una póliza independiente de Riesgos Cibernéticos.