Según lo establecido en el artículo 1903 del Código Civil, toda persona debe responder por los daños causados a terceros, ya sea por su acción u omisión, y esta responsabilidad se extiende a diversas situaciones, como padres por hijos, tutores por tutelados, directores y empresas por empleados, entre otros. La Responsabilidad Civil (RC) implica la obligación de indemnizar económicamente por los daños ocasionados, pudiendo incluso implicar enfrentamientos legales.

La Responsabilidad Civil Profesional se refiere a los errores, negligencias u omisiones que puedan surgir en la ejecución de una actividad profesional, causando daños económicos, personales o materiales a clientes o terceros. Es esencial para locales, asesores, despachos de abogados y oficinas.

Existen diversos tipos de RC para empresas, adaptados a las necesidades de cada caso y cobertura requerida.

  • Para autónomos, estas pólizas ofrecen protección ante daños derivados de la actividad comercial, incluyendo indemnizaciones, costos judiciales, defensa personal y reclamaciones.
  • Las pólizas para Pymes protegen contra daños a terceros derivados de la actividad empresarial, incluyendo indemnizaciones y gastos de defensa.
  • Por último, las pólizas de Directivos y Administrativos (D&O) protegen el patrimonio personal de los directivos y administrativos frente a posibles demandas y gestionan las consecuencias económicas.

En resumen, las pólizas de Responsabilidad Civil son fundamentales para evitar consecuencias económicas devastadoras en caso de enfrentamientos legales o indemnizaciones a terceros, protegiendo el patrimonio personal y empresarial ante posibles reclamos.